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El espejismo


"El hombre es de hielo por las verdades; es de fuego por las mentiras. (Jean de la Fontaine)


Vamos a hablar de las verdaderas cosas, ya que estamos entre nosotros, y nos debemos por lo menos esto: no es en las revistas donde aprendemos a conocer a alguien de verdad, fuera de las excepciones. ¡Pues! Es cierto que si somos un iniciado, tenemos acceso a muchas fotos de familia y detalles jugosos de la vida ajena en las redes sociales, pero a pesar de que eso nos muestra parcelas de la vida cotidiana de todos, ellas son con demasiada frecuencia seleccionadas a mano para mostrar solo lo que uno quiere revelar a todos estos pares de ojos curiosos y hambrientos. Es que todos nos hemos convertido en mirones con el tiempo. Somos de nuestra era, ósea.


Me pregunto cuántas veces al día consultamos nuestros diferentes perfiles de redes sociales, ahora que son accesibles desde nuestro teléfono inteligente... Casualmente, incluso hacemos clic en nuestros diferentes iconos por simple hábito, como otros se sacan el moco de la nariz lo más a menudo posible o roen sus uñas alegremente hasta sangrar. ¿Nos estamos convirtiendo en androides obedeciendo a la tecnología sin siquiera pensarlo o qué? ¡Quien sabe! Pero pues, es otro debate. Yo, hoy, tengo ganas de interesarme en el contenido que publicamos entre dos tareas diarias... y el que no publicamos. Porque secretos, todos tenemos una preciosa panacea. No hay nada más difícil para el Hombre con H mayúscula que aceptar sus pequeños defectos sin inmutarse. Especialmente a vista y paciencia de todo el mundo.


De hecho, en un principio, hay diferentes perfiles de publicadores Facebook y Instagram. ¡Es casi cómico! Seamos honestos, todos tenemos uno (o una) amigo que parece tener una vida perfecta (al menos en línea), abracadabrante, hasta ponernos la piel de gallina. Tengo varios amigos de este estilo. Tengo muchas amigas "instagramables" que tienen un cuerpazo hermoso y delicado sin curvas excesivas y no se privan de exhibirlo en exceso. Son capaces de usar un top de bikini estilo triángulos minimalistas. Oye. Creo que la última vez que pude usar un bikini con triángulos, tenía doce años. O menos. Ni me acuerdo. En fin... Algunos conocidos son tan hermosos y sonrientes que si hicieran una audición para un comercial de pasta dental, serían contratados de inmediato. Es fácil creer que su vida es perfecta. ¡PER-FEC-TA! Nada menos. Da un poco de coraje, cuando me pongo a pensar que soy probablemente el colmo de la imperfección. ¡Si señoras y señores! Una panoplia de defectos en un solo cuerpito. Una nube de dudas. Soy una gordita, tengo el cardio de una vieja Lada cuyo motor tose al subir una cuesta, soy izquierdista, soy embarullada, soy excéntrica, soy cursi, soy un cliché. Dicen que todo esto es parte de mi encanto, pero a veces lo dudo. Pues, también la duda es mi naturaleza.


Además, siempre me han roto los oídos con frases como: La perfección no existe. ¿Ah sí? Facebook todavía parece intentar convencerme de lo contrario, extrañamente. Vemos en nuestros news feed videos de niños pequeños (niños de padres perfectos) cantando y bailando, diciendo gracias y por favor... Perros que siempre reportan la sacrosanta pelota, que permanecen en silencio sentaditos en sus pompis esperando a otra golosina, que dan la pata o hacen piruetas, y que no levantan la pata en la esquina de un mueble. Y hay esta amiga que muestra su cintura de avispa en su nuevo bikini de lunares en una playa de Cancún (sí, lo sé, estoy obsesionada con los bikinis). Lo que no dice ella es que ha estado a dieta durante cinco meses, además de hacer un uso excesivo de laxantes y del gym. Además, ella entendió muy bien el secreto de cómo funciona la publicación de fotos. Ella se dio cuenta de que todos tenemos un "mejor perfil", un "mejor ángulo", que engaña a quienes quieren ser engañados en el mundo de las papadas y de los rollitos. Pones tu celular un poco más arriba y un poco hacia un lado, giras la cabeza ligeramente, te pones el cabello a la derecha... y luego, ching..., ya estoy toda mezclada solo con explicártelo a ti y de todos modos, lo intenté y todavía no he encontrado mi mejor perfil. Ni modo...


Sí, es todo esto, a veces, el otro lado de Facebook: laxantes al más no poder para evitar parecer a un gran ovillo de lana un tantito abigarrado, dietas innobles para convertirte en un paquete de huesos de pollitos, mentiras interminables... y una tribu de personas lista para dar "like" a ciegas a todo este universo mientras se pregunta cómo es posible que la perfección siempre toque la puerta del vecino, pero nunca a la suya, extrañamente. Podemos decir un montón de mentiras a través de nuestra cuenta Instagram. Podemos estar en el centro de atención mientras nos mantenemos seguros bajo una tonelada de filtros y animaciones de orejas de conejo o de hocico de perro, agregando un toque de brillo o camuflando nuestro enrojecimiento con un acabado sin brillo, cortando la grasa del brazo, haciendo un zoom en la nariz perfecta y ocultando la frente demasiada ancha. Podemos demostrar que viajamos más que nuestros colegas, que comemos en excelentes restaurantes o que nos vestimos en boutiques de lujo. Podemos hacer creer que nuestra pareja está unida. Que nuestros hijos bailan como campeones, o que tienen la voz mas bella del país. Podemos dar la impresión de beber solo buen vino, fumar solo Cohibas, que nuestro apartamento es digno de Marie Kondo, que sabemos cómo cocinar un platillo de res Wellington como Gordon Ramsay, que construimos muebles de patio con materiales reciclados, que comemos puros alimentos orgánicos, que tocamos el piano como un virtuoso, que somos un gran atleta a punto de calificarse para los Juegos Olímpicos, que corremos la maratón más rápido que un keniano... El rosado es más rosado, el azul es más azul, el blanco es más inmaculado, el negro es más oscuro. Somos más y aún "más que más". Es todo esto, Instagram. Nos vende sueños en color mientras esconde una impresionante capa de polvo debajo de la alfombra.


¿Y tú? ¿Es tu vida cibernéticamente perfecta? ¿Estás tratando de convencer a todo el mundo de que tienes la verdad absoluta, la receta exacta para la felicidad? ¿Por qué quieres atraer la atención de extranjeros en busca de voyeurismo, a menos que en realidad sea una fachada para esconder tu gran falta de confianza? Recuérdame, mi memoria me falla. Me pregunto quién de ellos o de ti necesita más al otro, en realidad... ¿El número de "me gusta" potenciales justificaría su sobreentrenamiento, su ayuno y todo el botox que se está inyectando en los labios? ¿Realmente necesitas mostrar tus abdominales para justificar tu valor? Hago preguntas, lo sé, y puedes verme mandarme al diablo. No me ofenderé en absoluto. A mí también, después de todo, me sucede mostrar mi vida en mis páginas personales. Incluso en este blog.


A veces es un poco terapéutico. En otras ocasiones, es una manera de hacer una declaración solemne, de comprometerse con todo el mundo para mantenerse enfocado en esta idea del "yo" mejorado. En resumen, es un poco como tomar una gran cantidad de personas como testigo de lo que quieres hacer o no hacer. Por lo tanto, debemos cumplir para que no parecer al zorro de La Fontaine (él que está mirando Señor cuervo con su quesito). Todos lo sabemos, los zorros hablan mucho, pero sobre todo para manipular. No soy una zorra. Soy más bien una mariposa. Me gusta dormir en una flor, después de todo, y viajar lejos.


Según Wilde, la belleza está en el ojo de quien está mirando. Quizás somos nosotros los que por celosos simplemente no queremos ver la belleza donde hay alguien que muestra su vida maravillosa al aire libre, después de todo...



| par La vie est un piment

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