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Carta a mi joven yo


"El conocimiento es siempre un botín" (Maxime Gorki)

Querida niña con cabello café,


Hoy, estás soplando dieciséis velas. Feliz cumple, ratita de biblioteca. Yo ya cumplí cuarenta. Y soy una falsa pelirroja. Sí, lo leíste bien. Todo lo que recuerdo de mi color natural es mirando tu foto, la que papá Leandro va a tomar al ratito de esta joven muy delgada que eres, una foto que aun conservo preciosamente hoy.


Te quiero dar la primicia que tu vida se transformará a un ritmo infernal dentro de doce meses. Como soy omnisciente de tu pasado, considera esta carta como un modesto regalo de cumpleaños "para tu joven yo de tu más o menos vieja yo". A los dieciséis años, estás en una encrucijada, una crisálida a punto de convertirse en mariposa. ¡Dieciséis, santo cielo! ¡Yo podría big time ser tu mamá! Tengo la edad y hasta algunas canas apareciendo aquí y allá, dispersas en mi melena, a pesar de mi gama de técnicas de camuflaje y el buen cuidado de Caro.


Sentí dudas antes de escribirte mi misiva, lo admito. Me preguntaba si te ibas a enojar al leerme hablándote sobre el futuro y expresándote mis pensamientos sin que los hayas solicitado (¿en qué se mete tu vieja tú, verdad?). Tenía ganas de avisarte un poco de tu lado más oscuro. Es que en la vida, serás a veces tu peor enemiga, frenando tus propios logros y tus ambiciones las más locas para no desagradar o decepcionar. Solo sepa que todos se desploman algún día y que el fracaso nunca debería ser una tara para ti, sino más bien una fuente de aprendizaje. No te preocupes, a medida que envejezcas aprenderás a canalizar tus dudas, y como te advierto de inmediato, perderás menos tiempo para asumir la que eres, tus características, tus sabores, tus colores. Aprovecha la oportunidad para sacarles la lengua a los que molestas sin querer, para demostrarles que te vale verg... ya sabes. Deja que tu lado "perra" se exprese, lanzándoles un muy sentido: "Váyanse al infierno a buscar las migajas por las cuales nacieron". Suena arrogante, ¿crees? Es mucho más elegante que gritar "hijos de la chingada" y da excelentes resultados. Hay que ser finos en la vida.


Ya sabes, ser diferente es el sueño de la mayoría, está de moda. Las personas se parecen mucho más de lo que quisieran, a pesar de sus mejores esfuerzos para personificar la antítesis de esta idea. Sé que a los dieciséis años, solo sueñas con lo contrario. Quieres convertirte en una mujercita normal, pero no lo eres y nunca lo serás. Acostúmbrate a la idea, tu naturaleza está hecha de esa manera. Has tenido tu propia visión del mundo desde que cumpliste la edad suficiente para pensar por ti misma y los que te rodean lo han notado. Recibirás comentarios, no protestarás, aunque a veces te sentirás sola. Actuarás como grande aunque te sientas muy pequeña. Me llevó un tiempo comprender que no podía evitarlo. Si puedo darte un regalo, es esta lucidez precoz.


Me gustaría mucho que aprendieras a extender tus alas más temprano y así burlarte de tus detractores, porque cuando llegues a mi edad, lo harás muy bien de todos modos. Los dejarás parlotear al infinito, esbozando tu famosa sonrisa sarcástica. Esta sonrisa les molestará tanto, ¡no tienes idea! Practícalo frente a tu espejo: mirada imperial, pupilas risueñas y labios casi en reposo, pero sobre todo no enfurruñados, y todo sin fruncir la frente. Esta sonrisa te será de utilidad innegable para toda la vida. En fin, sería genial si pudieras deshacerte de tus dudas de ahora en adelante. Acepta molestar, dejar que esta mente abierta se extienda a tu alrededor. Échate flores. Ríete de los que te lo reprocharán. Amate.


Dirán de ti que siempre nadas a contracorriente, la expresión fácil para etiquetarte, sin comprender que lo que pasaba por provocación era simplemente tu diferencia comenzando a florecer. Esto no cambiará en la adultez. A menudo tratarán de convencerte a que te conviertas a todo tipo de doctrinas, pero nunca ha funcionado fácilmente contigo. Es que tus convicciones son claras como el cristal. Siempre supiste qué pensar sin ayuda de nadie. Aprendiste a cambiar de opinión cuando fue necesario. De esto ya tienes conciencia, pero a 16 años, después de pasar tu adolescencia intentando torpemente expresarte, abdicas un poco. No te rindas. Sigue afirmándote. El status quo no es una solución viable para una oruga en plena metamorfosis.


Terminas la prepa, vives un primer amor del cual no ignoras la volatilidad (tu querido Sumeth pronto se regresará a Tailandia, no te estoy enseñando nada), y a diferencia de tus amigos que ingresarán al colegio, preferirás tomar el camino hacia México solita y ahogar tu pena de amor en la euforia del viaje. Lo disfrutarás locamente, aprenderás el idioma, serás invitada por un impresionante número de hombres a bailar la quebradita, te enloquecerás de tu Juan Carlos, un maldito amor unidireccional, y luego de Toño, con quien andarás mucho tiempo de novios después. Este año en México será el primero de muchos. Harás muchas locuras y mucho autostop. Te convertirás en una aventurera antes de que esté de moda y que todos quieran hacer lo mismo, por cierto. Porque en la década de 1990, pocas chicas viajaban solas. Siéntete orgullosa de eso, de tus agallas. Lo hiciste cuando todos aún tenían miedo de tener miedo, antes de la era de Internet, de los teléfonos celulares y las transferencias bancarias cibernéticas, con un mini botín ganado al cuidar a hordas de niños como fortuna personal.


Desearía que no estuvieras preocupada por el futuro. Te va a salir bien, estarás rodeada de gente fabulosa y, aunque consideramos la vida como una larga sucesión de enfrentamientos y redenciones, la vida va a ser buena para ti y contarás con fantásticos amigos verdaderos (Mélanie todavía está en su vida, por cierto) esparcidos por todo el mapa mundial, como todos los amigos por correspondencia a los que les escribes de puño y letra. Las cartas que te encanta recibir de ellos se convertirán gradualmente en correos electrónicos (todavía no sabes de qué se trata, pero lo descubrirás más adelante este año, y tu primera dirección de correo electrónico será aquella que aun uso hoy, como un recuerdo vintage que no puedo dejar, por nostalgia o por costumbre).


Duerme tranquila: Sí, conociste el amor, más de una vez. Nunca tendrás ninguna dificultad para encontrar hombres agradables y sexys, hombres de alta calidad, respetuosos y que te amarán locamente. También te convertirás en una experta cumplida de las relaciones hombre-mujer (no es autoproclamado, es un hecho), en detrimento de todos los que no creen en esto, y compartirás amistades tan improbables como grandiosas con hombres sin ningún malentendido ni teatro. Tienes la "friend zone" muy confortable y un talento natural para las amistades profundas. Compensa para tus otros vacíos interiores y heridas aun no cicatrizadas. A los cuarenta, tengo una pareja como mucha gente, pero aún no he conocido la maternidad y no sé si algún día me vaya a pasar, aunque me gustaría mucho. A veces la vida no nos da lo que queremos. Recuerda eso cuando tengas que tomar decisiones, belleza. Cada uno de tus latidos tendrá su efecto mariposa.


¿Qué más puedo decirte sin revelarte lo más memorable de tu vida? El mundo se convertirá en tu patio de recreo. Él te regalará expresamente pasiones inusitadas que serás la única en tener en tu entorno, y te incitará a descubrir nuevos idiomas poco hablados por tus rumbos. Tus zapatos tendrán un kilometraje incalculable, escalarán montañas, pisarán tierras aisladas, atravesarán muchas ciudades. Te llevarán al camino que debes seguir, a las personas que necesitas conocer. También te alejarán de lo que debes evitar. No es magia, es confianza. Confianza en la vida. Confianza en la humanidad. Confianza en ti misma, en tus habilidades, tu lógica y tus emociones. By the way, nooooo, no darás la vuelta al mundo con nuestra querida Mélanie. Ella no es una viajera, al final, y prefiere tejer, ver a los Blue Jays jugar béisbol y hacer yoga. Te doy risa, de hecho, pero es la mera verdad.


En resumen, si solo tuviera un consejo real para darte, sería de ser más rencorosa. Sí, rencorosa. Perdonas DEMASIADO fácilmente, a menudo al mismo tiempo que sanes heridas nuevas. Es un defecto en mi opinión de mujer adulta, porque le das una segunda oportunidad a las personas que no la merecen. A mi edad, serás más drástica. Uno llega a ser así cuando se decepciona a repetición con demasiada gente. También síguele fingiendo la ingenuidad, te sirve demasiado bien, este falso candor. Te permite detectar a las sanguijuelas y a los maleantes que caen en tu trampa como moscas en un tarro de miel.


Pequeña, no te preocupes por el futuro. Tienes lo que se necesita para acogerlo. Acepta los abrazos inesperados. Haz feliz a la gente.


Feliz continuidad,


La falsa pelirroja que eres.



| par La vie est un piment

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